La crisis del fútbol vasco

El Athletic de Bilbao y la Real Sociedad son dos clubes míticos de la Liga española. El Athletic es uno de los tres equipos que nuca ha descendido a segunda división, mientras que la Real lleva una larga carrera en esta división. Ambos clubes tenían una política de fichajes similar, sólo contrataban futbolistas nacidos en el País Vasco o formados desde pequeños en su cantera.

La Real rompió esta tradición en la temporada 89/90 con el fichaje de Jonh Aldridge, y empezó a contratar a jugadores no nacidos en la comunidad vasca. El Athletic sigue manteniendo esta tradición.

La Ley Bosman y la inyección económica de los contratos televisivos empezaron a afectar hace ya años a estos dos clubes. En un principio intentaron contratar a importantes jugadores, y derrocharon una gran cantidad de dinero, pero con el paso de los años fueron endeudándose. Ambos clubes se encuentran en una difícil situación económica, y no pueden hacer grandes esfuerzos económicos.

A esto, hay que unirle la dificultad de encontrar buenos jugadores nacidos en el País Vasco. La Primera división cuenta con pocos jugadores con experiencia nacidos en estas tierras, por lo que muchas de las incorporaciones provienen de la cantera.

Hace ya unas temporadas, los dos equipos empezaron a tener dificultades en Liga, pero fue el año pasado cuando terminaron por desplomarse. Al final, consiguieron salvarse en las jornadas finales, pero pasaron muchos aprietos. Este año está siendo mucho peor. La crisis empezó en las directivas, y ha acabado en el terreno de juego. Ambos equipos se encuentran en puestos de descenso, y ven como partido tras partido aumenta su crisis. Los bilbaínos se encuentran en mejor posición que los donostiarras, y mantienen todavía la esperanza de recuperar el camino de la salvación, aunque no le será nada fácil salir del pozo.

La historia se repite: mucha garra y poco juego

El Madrid recibía al Getafe con la necesidad de conseguir los tres puntos para seguir con opciones en el campeonato. Tenía la posibilidad de ponerse a tres puntos del Barcelona, y de atar al Valencia, pero una vez más se mostró incapaz de ganar el partido.

El Getafe dominó en una primera mitad, en la que apretó al Real Madrid, y no le dio opciones en el centro del campo. Un error de marcaje, permitió a Güiza adelantar a los azulones en el marcador. El punta getafense definió con un tiro cruzado, un gran pase de Mario Cotelo. El Getafe recibía así la recompensa a su esfuerzo, y buen juego.

El gol de Güiza despertó a los blancos, que hasta el momento sólo se habían acercado en un par de ocasiones a la meta rival. El Madrid, con más garra que oficio, se lanzó al ataque en busca del empate, pero el Getafe conseguía desvanecer las esperanzas blancas.

La defensa azulona se mostraba muy segura, y apenas concedía ocasiones a los blancos, pero un error de Abbondanzieri permitió que los merengues igualaran el partido. Robinho se encargó de provocar la pena máxima, tras un rechace en el que le ganó la partida al meta argentino. Van Nistelrooy fue el encargado de transformar la pena máxima, consiguiendo así su decimosegundo tanto en esta liga.

La lesión de Reyes dio la oportunidad al canterano De la Red. El jugador del Castilla aportó equilibrio en el medio campo, y liberó a Gago de las labores defensivas. Esto hizo que el Madrid tuviera mayor presencia en el campo contrario, y que el Getafe reculase. Schuster se desesperaba en el banquillo, pues veía que se le podía escapar el partido que tenía controlado, pero los blancos no fueron capaces de superar definitivamente al Getafe. Cierto es, que el árbitro se tragó un penalti como una casa, pero el Madrid no se mereció ganar el partido. Mucha garra, pero poco juego, y el Bernabeu cada día está más cansado del juego de su equipo.

Al final del partido el público pidió la dimisión de Capello, y el fichaje del técnico getafense Schuster.

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